Vive alejado de modas y corrientes actuales. Tampoco sigue patrones establecidos más allá de los que genera su propia verdad y la sensación de sentirse libre. Para Curro Díaz no hay mayor satisfacción que la de abandonarse delante del toro y torear sin ataduras, algo que asegura haber conseguido este año. Por fin ha sido el Curro Díaz que siempre quiso ser. Superados los contratiempos que llegan en la carrera de cualquier torero, el de Linares ha sabido despojarse de contenciones y disfrutar de su profesión como nunca.
“Parece que sienta mal que seas diferente. Aquí se condena la personalidad. En esta sociedad se alaba la mediocridad”
“Me siento con facultades para enfrentarme a cualquier reto”

