Ha arrancado el año sorprendiendo en Olivenza: cuatro orejas. Una nueva puesta en valor de esa tauromaquia tan pasional, imprevisible e imperfecta, tan propia y tan personal, que posee el extremeño. El factor sorpresa siempre latente. Asegura que tras superar etapas de evolución artística, ha llegado la hora de ser él mismo. Lo defiende y lo explica. Del sufrimiento pasado a la felicidad del presente. De ayer a hoy. Todo o nada. Cara o cruz. Así es Talavante. Sin medias tintas.
- “No tengo la capacidad de hacer realidad los sueños a mi antojo. El toreo, el arte, tiene sus pautas y únicamente me guío por ellas. Una de ellas es el sentimiento”
- “Cuando más infeliz he sido es cuando por las causas que hayan sido me he sentido un ser previsible. Eso me ha generado sinsabores que no siempre he sabido superar”
- “Ahora mismo soy además el que quiero ser. Soy Alejandro Talavante. He dado ese paso más hacia el interior de mi corazón y estoy siendo capaz de mostrarme conforme soy. Con mis defectos y mis virtudes”
- “2014 no lo olvidaré por lo que sufrí. Me demostré que tengo sangre en las venas, que tengo gatos en la barriga y fui capaz de sacarlos donde los tenía que sacar, en la plaza”
- “Me refugié en mí y en la ayuda del maestro Joselito, con el que hablé mucho. Me dijo que tenía que saber esperar”
Lea AQUÍ la entrevista completa en su Revista APLAUSOS Nº 1955

