Durante un periodo de tiempo que se cuenta por siglos y que va a durar más allá de lo que duren todos los dioses, tuvimos una civilización dentro del mundo civilizado. La nuestra se aferraba a una delgada frontera de círculos concéntricos de sol y de sombra. La otra era el mismo mundo, separado en el origen entre la frontera de las aguas y la tierra. Allí el hombre se hizo especie avanzada, raza dominante, y seleccionó encastes humanos dominantes que subyugaron a otros encastes de humanos menores. En nombre de la civilización. En nombre de ese encaste superior se diseñó el mundo tal y como lo conocemos ahora, y en el que el toreo, desde su origen, es una civilización proscrita.
Lea el artículo completo en su revista APLAUSOS
Acceda a la versión completa del contenido
Razones para una cornada
Los mozos de espada de la Comunidad de Madrid han celebrado este sábado en la…
Pasadas las dos de la tarde, en un frío y escueto comunicado, la Real Maestranza…
Tras su estreno en Sevilla, la Peña Francisco Montes “Paquiro” de Chiclana ha presentado el…
Se pone fin a la era Pagés tras noventa años como empresarios de la Maestranza
Un accidente de tráfico se ha llevado la vida de este joven novillero, que ahora…
Colombo hará doblete en su tierra, en una feria en la que debutan los jóvenes…