Rebeco, el quinto toro de Juan Pedro Domecq pesó 672 kilos. Tanto como su excelencia. Pese al volumen tuvo movilidad, flexibilidad, humillación y transmisión. Alejandro Talavante se entregó con él desde el inicio en prodigiosos naturales. Un toro magnífico, a pesar de su amplia romana, que en este caso no estuvo reñida con la calidad de un toro bravo.

