Está el toro en la plaza. El del campo, no el cultural. El que va a marcar un año más en esta crisis tan globalizada que hasta en los países aferrados a las manos duras, léase Libia o Egipto, están pasando cosas impensables. Los muertos que ha habido en las revueltas son muertos pensables, lo importante es la protesta impensable de las calles. Estas cosas impensables, que el toreo sea visado por Cultura, trae un buen golpe de ánimo al toro que ya va a salir. Que ya ha salido cuando salga este artículo. En Vistalegre de Madrid.
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