El San Isidro de este año no es uno cualquiera. Es uno de difícil calificación porque es el último de una era (pase lo que pase con la nueva adjudicación) y porque estamos ante un año especialmente crítico para el toreo. Hemos de convivir con Madrid Capital Animal, una especie de montaje dirigido a ser la contra de la Tauromaquia en la Feria de San Isidro, un montaje con dinero de todos para un interés absolutamente particular, fruto del amiguismo descarado de este ayuntamiento banda y pandilla y secta que es el de Madrid.
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