Las finalísimas de la jornada era un triangular que se jugaba en Madrid, pero sobre todo en Sevilla y Málaga. Lo peor, ya queda dicho, la deserción de público en Málaga...
Las finalísimas de la jornada era un triangular que se jugaba en Madrid, pero sobre todo en Sevilla y Málaga. Lo peor, ya queda dicho, la deserción de público en Málaga, lo mejor el llenazo de Sevilla y el buen aspecto de Madrid, donde los artistas tenían menos responsabilidad taquillera. La ecuación va a hurgar mucho en la herida de las negociaciones que tanto tiempo han ocupado este invierno. Los que defienden la importancia de los escenarios a la hora de hablar con las teles salen reforzados. El cuadro de triunfadores también da argumento para la reflexión. Triunfaron Juli y Manzanares. Los dos mismos líderes del año anterior. Así que no hay vuelco en la clasificación. Visto desde la lejanía de la redacción cabe pensar que los segundos debieron apretar más o comprometerles más. De lo contrario también en el toreo iremos a una liga de dos y el personal quiere más sobresaltos. Más guerra.
Este fin de semana no nos podemos quejar: hubo triunfos, temas para las tertulias -hoy día se podría decir twittear- hubo trastienda, declaraciones con mensaje y hubo, maldita sea, sangre. Es el toreo.
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