El matador de toros albaceteño Rubén Pinar se prepara a fondo estos días de cara a una temporada que se antoja crucial en su carrera. El diestro de Tobarra se encuentra inmerso en su puesta a punto con la ganadería de Nazario Ibáñez como base fundamental de su entrenamiento. Allí, en la finca Las Moratillas que la familia Ibáñez tiene en Yecla (Murcia), el manchego afina su toreo para seguir ganándose un hueco en las ferias de 2017.
Pinar, reciente protagonista de un nuevo "Encuentro" campero con José Luis Benlloch, deja claro que "anunciarse en las corridas duras no es un drama, al contrario"; e insiste: "Hay grandes toreros que se han hecho figuras así y lo que yo no quiero es dejar de ser torero: no me importa dónde ni con qué, lo principal es ser buen torero y acercarme a ser figura", afirma el torero, que añade: "Que digas que como torero soy más bueno que bonito, me vale. A lo mejor no he nacido pinturero, pero que digan que soy buen torero me anima, porque ser buen torero es mucho".
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