La temporada ha resultado difícil para Rubén Pinar. A pesar de ello, el de Tobarra ha sabido aprovechar cada una de las ocasiones en las que se ha vestido de torero. Dan fe de ello las orejas cortadas en Castellón, Alicante, Pamplona, Santander o su primera salida a hombros de Albacete. "El año en general ha sido muy raro para todos. Quizás mi paso por Madrid ha marcado el hecho de no torear mucho y luego las propias dificultades de un año que no se han dado muchos toros", señala antes de continuar: "Aposté fuerte en Castellón matando un toro de Victorino y otro de Cuadri. Salí a hombros y creo que di un aldabonazo en mi carrera. Y salvo el caso de Madrid, en todas las demás ferias han rodado las cosas. Me hizo especial ilusión triunfar en Albacete, en mi tierra, donde nunca había salido a hombros y lo logré frente a una buena corrida de Puerto de San Lorenzo".
¿Ha sido duro el año?, preguntamos. "Muy duro porque me he visto sentado en mi casa durante todo el mes de agosto salvo a finales que ligamos una sustitución de Perera en Tarazona. Es duro ver torear a todos y tú en casa. Supongo que si soy figura dentro de dos o tres años, lo recordaré para bien, pero no es fácil asimilar todo eso".
Hace unas fechas dio un giro de timón a su trayectoria con el cambio de apoderado. Respecto a su nuevo mentor, Gerardo Roa, afirma: "Me habló muy claro y eso me gustó. Vemos las cosas de un modo parecido y aunque sé que las cosas están complicadas, creo que este cambio me va a venir muy bien".
