No ha sido un año de números, ni basado en estadísticas. Sin embargo, interiormente, que es el aspecto que prima en el análisis de Salvador Vega, la de 2010 ha sido de las temporadas más importantes que ha echado el de Manilva. Lo ha sido porque le ha permitido crecer como torero como nunca antes lo había hecho. Cuando el hombre, “el que camina de la mano del artista”, ha asimilado, interiorizado y aceptado la idiosincrasia de la profesión, es cuando ha aflorado “el mejor torero que llevo dentro”. Un torero dispuesto a ir a por todas en 2011.
PARA EL RECUERDO: “2010 en sí. Para mí ha sido muy positivo”
PARA EL OLVIDO: “Lo ocurrido en Barcelona, pues es un ataque a todo el toreo”
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