Estamos en Fuen la Higuera, a horcajadas entre Hornachuelos y Palma del Río, la Córdoba más fértil, una finca que compagina el bravo con una explotación citrícola espectacular que acoge las variedades más modernas de naranjas. Una lluvia fina y continuada nos ha obligado a resguardarnos al llegar en el alar de la casa. La gorra calada, el cuello subido, el turrear de los toros de saca como banda sonora. Echo de menos un cigarro… y una muleta, eso más que otra cosa, en días así las becerras siempre embistieron más y mejor, pero hace tiempo que lo dejé y me alegro tanto como lo echo a faltar. El agua bendita no ceja, cae con ritmo, ni fuerte ni flojo, lo justo para que la tierra se empape y no le dé tiempo a correr. La contemplamos con las manos en los bolsillos. Es bonito ver llover en ese marco.
- “La parte ibarreña es más regular y más moldeable. La parte saltillo es más irregular, sale el toro súper extraordinario pero también salta el malo”
- “Es verdad que el Paco Camino de La Quinta pudo ser El Juli pero no le acompañó nadie. Le dejaron sólo y así es más difícil”
- Álvaro hijo: “A mí eso de los grises me suena despectivo. Es un término nuevo. En mi cultura se habla de los cárdenos”
- “¿Toristas?... Si te refieres a que la nuestra es una ganadería encastada y brava, fenomenal. Lo compro. Si te refieres a que nuestros toros son de los que le quieren quitar el cuello a los toreros, te diré que no es verdad”
- Pepe Martínez Conradi: “Parece una contradicción pero es así. Nuestra ganadería, que da un toro más armónico que grande, encaja más en el norte que en el sur. Quizá la identificación sea por el comportamiento de nuestros toros y no por su hechura”
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