El Ciclón, El Pirata, el torero que se hizo un hueco en la mitología, santo y trueno a la vez, soldado y monje, místico en la calle y de lo más belicoso en la plaza, el hombre que venció al dolor y habla directamente con Dios “ya casi nos tuteamos”. Madera de héroe popular, un santo con hábitos de dandy, un ilustrado en las aulas de la calle. Ya va para un año que los niños juegan a ser El Pirata y los hombres se hacen cruces de ese Padilla que se salió doblándose con la muerte hasta los mismísimos medios del planeta toro y ahí sigue, pidiendo toros.
Lo dábamos por acabado y acabó toreando setenta y una corridas para mayor gloria de sus sueños de niño...
... y de su orgullo de torero, lo hizo en las principales plazas y con las principales figuras, se midió con los toros, con los médicos, con la fatiga, se ganó a la crítica y se inventó un nuevo personaje: más refinado, también más pausado, un tipo que predica el toreo y la fe en Dios y además suena a sincero. Me pregunto si no será la reencarnación de uno de aquellos cíclopes de la mitología griega, aliados de Zeus, brillo, trueno y relámpago a la vez.
- “Mi temporada ha sido el guión de una película con final feliz. En algún momento de mi vida soñé estar en las mejores ferias en los mejores carteles, pero era un sueño y del sueño a la realidad hay un abismo. Si lo sabré yo… Luego vino lo que vino y te das por satisfecho con reaparecer y que todo vaya bien”
- “Aunque mi cabeza me decía que iba a torear de nuevo, veía las fotos y me daba la sensación de que era algo lejano, que esa historia se había acabado. Y en la soledad, agarrado a un crucifijo, lloré mucho. Pedía, exigía, volver a torear. Esos momentos fueron los más duros”
- “El toro de las figuras es también muy exigente. La diferencia es que el noventa por ciento obedecen a los toques y te dejan colocar y eso da mucha tranquilidad. Pero aún exigen más las figuras. La presión de torear con ellos pesa mucho. Son duros de pelar. Ahora les admiro todavía más”
- “En lo económico también ha sido un año felicísimo, lo reconozco. Pero yo he vuelto para salvar a la persona y para sentirme torero, nunca pensé en el dinero. Gracias a Dios llevo una vida muy ordenada y podía vivir bien sin torear”
- “Siempre fui cristiano y practicante. Y ahora más. Te diría que ahora me tuteo con Dios. He estado tan cerca de Él que llegué a pensar que me quedaba allí arriba. Digo yo que si me ha mandado de vuelta aquí es para algo, así que me tendrá que ayudar. Ja, ja, ja…”
Lea la entrevista completa en su Revista APLAUSOS
(Foto: Arjona)
