La semana ha tenido su intríngulis y sus dolores. El primero es el descenso del número de festejos. Dos días de agosto sin toros es dolor a considerar. Otro dolor fue la entrada en vigor de la ley, mejor dicho, la patochada balear. ¡Qué horror! Ahora estamos en manos del recurso del gobierno central y del Constitucional, que ya habló en el caso de Cataluña y lo tiene claro. Siempre será un consuelo en medio del despropósito.
En lo artístico Roca Rey mantiene el ritmo de recuperación. Es un alivio. Que nadie le desenganche. No estamos para perder nuevos valores por el camino. Sería como la yenka, adelante y atrás, una ruina. Otro tanto se podría decir de López Simón. Buen bajío el de Curro Vázquez. Será eso. Ferrera sigue marcando un ritmo de figura. Es una satisfacción. Bautista tampoco ceja. Talavante en cuanto se despereza impacta. Hay que pedirle más. Juli a lo suyo. En El Puerto la armó. Responsabilidad de máxima figura. Álvaro Lorenzo crece. Morante se mantiene en esa atonía que sólo se permite, hasta que rebosa el vaso, a los genios. Él lo es… Ese es el pulso de la temporada.
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