Serafín Marín, que sufrió una cornada este domingo en Las Ventas, se recupera favorablemente en el Hospital Fraternidad Muprespa-Habana de Madrid, donde ha pasado la noche “sin fiebre aunque muy dolorido”, según ha confirmado el propio torero. El catalán fue operado en la enfermería de la plaza de toros de una "herida por asta de toro en el tercio medio-inferior de cara lateral externa del muslo derecho, con una trayectoria ascendente de 30 cm que causa destrozos en la fascia lata y vasto externo", según el parte del doctor García Padrós. “No me enteré que llevaba la cornada hasta que entré en la enfermería, lo que sí estaba es muy aturdido y mareado por el golpe en la cabeza, fue tremendo, sangraba mucho”, explica el catalán desde la habitación del hospital.
Resultó prendido violentamente por el primero de la tarde, un toro de Monteviejo. El torero fue prendido dramáticamente en el tercer capotazo, cogiéndole de lleno con el pitón derecho y zarandeándole violentamente hasta en tres ocasiones. “El toro cogió bien el capote, incluso galopaba, por eso me cogió entregado y no pude reaccionar. Me cogió en el tercer capotazo, cuando llegó a mi altura se fue a por mí”.
Esta era la primera corrida de su temporada española, una cita en la que había depositado muchas esperanzas: “Llevo todo el año preparándome para este día y siento una impotencia muy grande, ves que todo el esfuerzo y sacrificio se trunca en un segundo y se va todo por la borda. Eso es lo que más me duele, mucho más que la cornada”, explica. Los empresarios de Las Ventas se han interesado por el estado de salud del torero “y me han dicho que contarán conmigo para el año que viene, han tenido sensibilidad, así que tocará esperar un año más para que la afición pueda ver que todavía tengo mucho que decir en el toreo”, concluye.
