Hombre, poder se puede. Reducir los costes de una corrida. Otra cosa es que los dueños de los costes no quieran. Discrepo entonces con Eduardo Canorea, empresario vitalicio de una plaza de toros cuya querencia favorable la hace ser la más deseada por todos y cada uno de los toreros y ganaderos desde España hasta Sri Lanka. Leo el resumen de sus declaraciones de la rueda de prensa y se habla o menciona a los honorarios de los matadores de la parte de arriba del escalafón. Los desconozco, pero deben de ser desorbitantes teniendo en cuenta que se hace expreso hincapié en los mismos y casi sólo en ellos.
