Si no estuviéramos en fase precaria ahora mismo Joselito Adame y Alberto Aguilar tendrían treinta contratos ya en el bolsillo. O cuarenta. Y diez chavales que o cortaron una oreja o dieron una vuelta al ruedo o proclamaron a los cuatro vientos de Las Ventas su derecho a torear tendrían diez contratos en los bolsillos. Eso: antes. Lamentablemente. ¿Cuántos contratos le han caído a Adame? El año pasado estuvo cumbre en Sevilla y le valió para torear una solo y en Francia. Vamos a ver en qué ferias entra. Una oreja en Madrid era un pasaporte para muchas tardes de toros. Ahora ya van a ver que ha menguado el valor de los trofeos incluso en Madrid. Malísimo síntoma…