David Galán regresaba a los ruedos para celebrar el XX aniversario de su alternativa y lo hizo por todo lo alto. Un regreso soñado.
Sin pensárselo salió David Galán a recibir al segundo, dos largas de rodillas y un toreo a la verónica con empaque y poniéndole mucho que caló en los tendidos. Lo mejor estaba por llegar, y es que este número 27 de Lagunajanda fue a más. Comenzó la faena Galán con unos torerisimos doblones llevándolo muy largo y un cambio de mano final por el mismo palo que hicieron presagiar obra grande. En los medios toreó por ambas manos, con largura, mucho gusto, torciendo la figura a veces y muy vertical en otras; toreó con suavidad y despacio según reclamaba el toro. Faena honda con la que celebra su vigésimo aniversario de alternativa el torero. Había cierta incertidumbre con lo que el malagueño podría mostrar dada su escasa actividad en los ruedos los últimos años pero no cabe duda que, si se dice que el toro bueno descubre a los malos toreros, David Galán ha estado sobradamente a la altura con un "aquí estoy yo". No se hizo rogar la presidencia ante la clamorosa petición de indulto ante la obviedad de la condición del toro y pañuelo naranja que asoma al palco y las dos orejas y rabo simbólicos para el torero.
El quinto exigió mucho mas técnicamente a David Galán, y mucho mérito tuvo su actuación. Un toro que subía algo más respecto a sus hermanos, con gran presencia, andarín y que giraba sobre las manos al hilo de las telas. Mucha precisión en los toques, temple ante la violenta embestida, saber esperar que metiera la cara en las telas y una actitud tan centrada como entregada la de David. Consiguió muletazos muy largos cuanto más conseguía ralentizar el muletazo. Certera estocada entera aunque muy levemente desprendida y dos orejas más que se lleva en el esportón. Durante la vuelta al ruedo tuvo el gesto de arrancarse un macho del vestido y regalárselo al maestro Ruiz Miguel.
MORAL, EN AUGE
Mucho mimo tuvo que poner Pepe Moral en su labor con el tercero, un colorao cuyo defecto fue la justeza de fuerzas. Aún con ello, sirvió para que Pepe Moral continuase su buena racha haciendo un toreo de excelente corte muy despacio. Con pulso, dando tiempos y procurando no obligar en redondo al dibujar el muletazo llevándolo más en rectitud sacó provecho de la buena clase que tuvo el animal. Por momentos sí que redondeó muletazos, destacando algunos naturales, que provocaron olés profundos. Muy rematados los pases de pecho, gustándose, y demostrando que además de lidiar corridas duras, también sabe torear cuando el toro lo pide y el hierro es otro. Gran estocada y merecido premio de dos orejas para el torero y vuelta al ruedo para Acebuchón.
Cerró plaza un toro con más caja pero más cornicorto y morfología distinta a sus hermanos. Se empecinó Pepe Moral en torearlo a la verónica tras un largo recibo para fijarlo y lo consiguió. Le puso empaque y jugó bien los brazos meciendo el capote. Cumplió como casi toda la corrida en el caballo y a partir de aquí otra gran exhibición de toreo, sobre todo al natural por donde se deslizaba el toro con gran clase. Anduvo agusto con el toro, naturales de enorme calidad ante una muleta cogida con la yema de los dedos y unas muñecas que suavizaban la salida del de Lagunajanda. Cuando se pone a torear despacio, sabe y lo hace. Pinchó de primeras en la suerte natural y dejó una estocada en la suerte contraria casi entera y más perpendicular. Tumbó al animal de un golpe de cruceta y se pidió con fuerza la oreja que fue también concedida y sirve como cierre a la gran tarde de toros vivida.
ESCRIBANO, PODEROSO
Muy fácil y resuelto anduvo Manuel Escribano con el que abrió plaza, alto de manos y enseñando las puntas, al que recibió de hinojos con alegría. Cumplió en varas. Escribano pareó con lucimiento y cuadrando en la cara, sobre todo los dos primeros pares. Brindó a los tendidos de la que es su segunda casa, Tarifa, y recibió en los medios con un pase cambiado a este de Lagunajanda. Resultó pegajoso el toro, soltando la cara y sin salirse de los trastos pero con nobleza. Le anduvo cómodo por ambos pitones, luciendo en contraste con lo deslucido del toro. Cerró por manoletinas y tras un pinchazo del que salió trastabillado dejó una más que certera estocada algo trasera. Todo ello le valió para pasear la primera oreja de la tarde.
Algo más montado arriba y brusco de salida fue el cuarto con el que Manuel Escribano supo ganarle terreno lanceando a la verónica. Pareó de nuevo con brillantez de dentro a fuera y destacando el tercer par al violín citando al quiebro en paralelo a tablas, marca de la casa. Faena de batalla la de Manuel ante un toro que buscaba tras las telas y repetía, más apretaba cuando sentía que tenía presa al alcance. Importante y esforzada labor de un torero que no se iba a dejar escapar el triunfo, tapando mucho la embestida, anticipándose a las evoluciones del toro en un gran derroche técnico. Se tiró a matar en la suerte natural agarrando una magnífica estocada. Paseó las dos orejas del toro.
Tarifa. Domingo 24 de agosto de 2025. Toros de Lagunajanda, el 2º, Tramposo, fue indultado; y el 3º, Acebuchón, premiado con la vuelta al ruedo. Manuel Escribano, oreja y dos orejas; David Galán, dos orejas y rabo simbólicos; y dos orejas; y Pepe Moral, dos orejas y oreja. Entrada: Más de tres cuartos.