Talavante regresa esta tarde a Las Ventas envuelto de expectación. Madrid espera ver al torero renovado que se ha visto en las primeras ferias. Al que logró el año pasado en esta misma plaza pasar del negro al blanco, del fracaso al éxito, en horas. "En el toreo cabe el triunfo pero también hay sitio para el sainete. Ahí se vieron las dos caras de la moneda. Es evidente que con los victorinos no estuve a gusto y luego con el toro de Victoriano del Río llegó el triunfo. Esas cosas no son casualidad. El triunfo llegó porque se asume un compromiso, una responsabilidad con uno mismo y una mentalización", afirma Talavante al respecto.
"Esa es mi plaza, por encima de todas las demás. Todos mis sueños y mis objetivos cuando se me pasan por la mente, tienen como escenario Las Ventas. En esa plaza he sido feliz de verdad. Pesa, duele, quita el sueño, pero es mi plaza", asegura el extremeño ante la primera de sus tres comparecencias en esta plaza, quien enfatiza en que eso de quitar el sueño, no es para nada un tópico. "Hay noches en las que te despiertas sobresaltado pensando que te tiras de cabeza al callejón en Madrid y te pones muy nervioso. Eso significa que sabes que estás frente al toro más serio, al público más exigente y a la tarde de mayor compromiso".
¿Ha visto Madrid al Talavante más desgarrado, más pasional y más entregado?, le cuestionamos: "Madrid sí me ha visto como soy. En lo bueno y en lo malo. Esa plaza y ese público captan la verdad del toreo como ningún otro. Esas dificultades obligan a dar un plus más como torero y cuando triunfas ellos te aportan un plus más de satisfacción. En esa plaza he vivido cosas increíbles, pero son pasado".