El matador de toros José Fernando Molina, que ahora ha cambiado su nombre y será Molina en los carteles, ha presentado en el Casino Primitivo de Albacete a sus nuevos apoderados, un equipo formado por Antonio Garzón, Julián García y El Niño de Belén.
Más de un centenar de personas han llenado el salón central del Casino en un acto moderado por el periodista Álvaro Acevedo, y en el que Molina ha mostrado una confianza total tanto en sus mentores como en su toreo: “Cuando acabó la temporada -declaró- presentía que algo bonito iba a pasar, y así ha sido. De no tener a nadie que mirara por mí, me encuentro ahora con un grupo de personas en las que confío plenamente porque son unos grandes profesionales, pero también confío en ellos desde un punto de vista personal”.
Molina se dirigió también a los asistentes, “gente de Albacete que ha llenado este Casino para apoyarme, y a los que no voy a defraudar. Les daré la razón a todos los que han creído en mí”.
El torero albaceteño, que el año pasado toreó cuatro corridas de toros incluida su confirmación de alternativa en Madrid, causó una grata impresión en todas sus actuaciones pese a llegar sin apenas preparación y limitado por una grave lesión en la muñeca. “Mi objetivo -explicó- es ser figura del toreo y creo que tengo condiciones para conseguirlo. Con lo que yo sea capaz de hacerle al toro y el trabajo de mis apoderados, lograremos alcanzar nuestros objetivos”.
Antonio Garzón, que aclaró que su camino es totalmente independiente del de sus hermanos, explicó que venían haciéndole un seguimiento a varios toreros hace meses, y finalmente se decantaron por Molina “por su enorme proyección”, al tratarse de un torero de “gran capacidad y excelentes maneras, un torero con valor, con clase y con ambición”. Respecto a la manera de llevar la carrera del torero, confesó que “nosotros llevamos un apoderamiento a la antigua, sin plazas con las que poder hacer intercambios, pero creyendo en el torero de manera inequívoca y trabajando a destajo para que se nos abran las puertas. No sé cómo lo vamos a conseguir, pero ten por seguro que lo haremos”.
En este sentido, El Niño de Belén, cuyo trabajo está más enfocado a la evolución técnica y artística de Molina, aseguró que “no le veo techo a Molina, un torero que nos genera una ilusión tremenda. Nos vamos a volcar con él los 365 días del año las 24 horas del día”. Esta ilusión se ve respondida con la actitud del torero. Julián García, al hilo de ello, declaró que Molina les había transmitido “una vocación y un espíritu de sacrificio absolutos”.
