Ramón Valencia, empresario único de la plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla, ha dicho que quiere que estén todas las figuras. Todas son todas, y, además, tiene sobre la mesa una oferta o deseo de Morante, de torear cinco tardes. Cinco. Con la salida de Canorea, hay quien piensa que el problema de los últimos años ya se ha solucionado y que el veneno no está. Pero está. Por mucho que Valencia desee cerrar un ciclo y comenzar uno nuevo de estabilidad en Sevilla, las causas ciertas y de fondo de lo que pasa en esta plaza, es el dinero. El reparto del dinero.
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