En el mundo del toreo se habla de “encaste” para referirse al toro y, más exactamente, a las ganaderías. Pero, ¿qué es un encaste?
En el diccionario jurídico de la RAE se define “Encaste” como “estirpe, variedad o población cerrada de animales de una raza, que ha sido creada a base de aislamiento genético reproductivo durante un mínimo de cinco generaciones”. Esta definición se recoge en el Real decreto 2129/2008, pero fue derogada el 2 de marzo de 2019 y sustituida por la disposición única del Real Decreto 45/2019 del 8 de febrero que define como encaste, estirpe o variedad como “subpoblación cerrada genéticamente estable y uniforme de animales reproductores de una raza concreta, que ha sido creada a base de aislamiento reproductivo, siempre con determinados individuos de esa raza, sin introducción de material genético distinto, al menos por un mínimo de cinco generaciones”. Esta definición abarca a los animales reproductores de especies bovina, porcina, ovina, caprina y equina y sus materiales reproductivos.
Habitualmente, entre profesionales del toreo, especialmente ganaderos, se denomina encaste “al resultado obtenido por cruzar el ganado bravo con el objeto de que los productos nacidos tengan unos determinados caracteres genéticos que le hacen diferentes a los demás”. Se exige cruzar ganado procedente de, al menos, dos orígenes (o encastes) diferentes, para obtener un nuevo encaste.
En el VIII Congreso Mundial de Criadores de toros de lidia, celebrado en Aguascalientes del 31-X al 4-XI de 2007, en la ponencia presentada por don Jorge Ramón Sarasa Juantos, se recogen varias definiciones de encaste, emitidas por diferentes ganaderos:
El autor de la ponencia destaca, sobre todo, dos cosas que distinguen unos encastes de otros: El comportamiento en el caballo (suerte de varas) y en banderillas. Finalmente da su propia definición de encaste: “El encaste es un conjunto de ganado con genotipo diferencial fijado, y distinto a los demás, obtenido por la selección de un ganadero”.
De cuantas definiciones se dieron en el citado Congreso Mundial se deduce que no es necesario, para obtener un nuevo encaste, cruzar ganado de diferentes orígenes, sino que es suficiente, dentro del mismo encaste, seleccionar unos caracteres determinados y seguirlos fijando durante, al menos, cinco generaciones, de acuerdo a la definición dada por el Diccionario jurídico de la RAE y por el Real Decreto 45/2019 del 8 de febrero.
Esta última definición de “Encaste” nos parece más lógica y amplia que aquella que exigía cruzar ganado de diferentes orígenes, y prueba de ello es que partiendo de ganado de un determinado encaste, dos ganaderos diferentes empiezan a seleccionar, y al cabo de unos años el ganado obtenido, por cada uno de los dos nuevos ganaderos, tiene ya su genotipo y fenotipo distintos, con personalidad propia cada uno.
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