El extremeño armó un gran lío en su primer ejemplar pero el desacierto con los aceros le hizo perder un importante triunfo. En su segundo, pocas opciones tuvo.
Miguel Ángel Perera causó una gran sensación ante la afición mexicana de Encarnación de Díaz, en una tarde en la que sólo Rafael Ortega tocó pelo. El extremeño dio una lección de entrega y toreo profundo ante el tercero de la tarde, primero de su lote, de Cerro Viejo. Toreo largo, asentado y muy variado que hizo las delicias del público asistente. Lástima que la espada le jugara una mala pasada. Con su segundo, sin embargo, no tuvo opción alguna pues el astado pronto se rajó.
Abría cartel Rafael Ortega, que paseó un apéndice de su segundo toro tras una entregada actuación en la que incluso puso banderillas. Fernando Ochoa completaba terna, pero, del mismo modo que Perera, el manejo de los aceros dejó su actuación sin premio alguno.
Encarnación de Díaz (México). Toros de Cerro Viejo. Rafael Ortega, palmas y oreja; Fernando Ochoa, palmas y ovación y Miguel Ángel Perera, saludos en su lote. Entrada: Media plaza.
