Fue un ídolo en esta plaza, un niño adoptado por la afición bilbaína desde que se presentó sin picadores y hasta su última temporada consagrado como figura del toreo. Hablar de Pedro Gutiérrez Moya “Niño de la Capea” son palabras mayores en Bilbao. Su amor propio, su entrega sin reservas, la verdad de quien llegó buscando una gloria impulsada en cada triunfo, en cada salida a hombros de su plaza, de su Dama de Abando. Para la historia quedarán su sinceridad y la capacidad de su toreo. Para siempre, Torero de Bilbao.
- “Siempre me sentí esperado en Vista Alegre. Cada año ir a Bilbao era una responsabilidad pero era llenarme por dentro”
- “El público de Bilbao ha variado, antes eran más fríos, pero siguen siendo muy respetuosos, sigue siendo una plaza donde no se escuchan comentarios soeces. En esta plaza quien de verdad ha dictado su ley ha sido el toro”
- “Bilbao es Bilbao por el toro que allí se lidia y por la categoría y los conocimientos de su público”
- “El toro de Bilbao es el mismo, ha subido en otras plazas”
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