El toreo debería recuperar lo que ha perdido: la sorpresa. Porque hemos metido a la corrida en los parámetros de lo previsible. Hay una previsibilidad reglamentaria que no ayuda al toreo en nada: tercios, normas, textos a cumplirse de forma reiterada. Entiendo que la norma escrita no pueda, jamás, hacer una lectura conceptual de un toro determinado, de una tarde determinada, de cada tarde o de cada toro. Porque lo escrito queda por años y para años. Y por tanto, donde dice una vara es un mínimo, donde dice dos, son dos mínimos, donde dice lo que dice así ha de ser. Da igual cómo sea el toro, la tarde o lo que suceda.
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 2116
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 2116 para iPad
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 2116 para Android
Acceda a la versión completa del contenido
Un segundo en tres segundos
Diego Urdiales, Juan Ortega y Pablo Aguado, que cortaron una oreja por coleta, dieron sabor…
El novillero de Hospitalet de Llobregat venció en una disputada final y paseó la bandera…
Buena novillada de Fuente Ymbro con mimbres para que los cinco finalistas pusieran de manifiesto…
Serán lidiados -a partir de las 17:00 horas- por Tomás Bastos, Álvaro Serrano, Carlos Tirado,…
La corrida de este 19 de octubre se celebrará con normalidad, y además sufrirá un…
La Asociación de Críticos Taurinos de Francia ha definido a los premiados de la temporada…