La personalidad como marca, como punto de inflexión, como aliento para un cartel. Miura es leyenda. Es pasado pero también futuro y, por supuesto, presente. Una ganadería labrada en la diferencia que aporta la variedad. Desde la clase de algunos toros de Madrid a la épica corrida de Mont de Marsan o la mezcla de sabores del encierro de Pamplona. Siempre medida, pero siempre querida. Miura es dureza y compromiso. Un modo, un estilo, una manera de entender la vida. Eduardo y Antonio Miura perpetúan la leyenda, avivan el fuego y los sabios consejos que aprendieron de su padre. Con 250 vacas, Miura sigue en primera línea, ofreciendo cada tarde lo que de ella se espera. Ese es su reto. Una emoción.
- “Nuestro toro es distinto y por tanto nuestras corridas deben estar definidas por esa distinción, por ese comportamiento que nos diferencia del resto”
- “Antes las orejas se cortaban con 10 ó 12 muletazos y en cambio ahora se necesitan 20 ó 30. Esa duración es la mayor adaptación que hemos hecho para adecuarnos a la evolución de la propia Fiesta”
- “El toro de Miura es listo y piensa muy rápido. Cuando nota falta de seguridad en el que tiene delante, te gana siempre la acción”
- “Al toro le afecta el clima, el agua que bebe, las lunas. Le exigimos comportarse siempre de la misma manera aunque cambie el contexto en el que se mueve”
Lea AQUÍ la entrevista completa en su Revista APLAUSOS Nº 1950
(Foto: J.J. Diago)
