Un toro serio pero armónico que no pierde los perfiles de su primitivo tronco Juan Pedro Domecq y asentado en tres ejes de comportamiento: clase, bravura y transmisión. Así es el toro al que ha dotado de un sello propio y que ha forjado tras más de dos décadas de trabajo e ilusión el malagueño José Luis Martín Lorca.
Un toro serio pero armónico que no pierde los perfiles de su primitivo tronco Juan Pedro Domecq y asentado en tres ejes de comportamiento: clase, bravura y transmisión. Así es el toro al que ha dotado de un sello propio y que ha forjado tras más de dos décadas de trabajo e ilusión el malagueño José Luis Martín Lorca. Tras superar los vaivenes del largo camino que emprenden los ganaderos de bravo, los ejemplares de Martín Lorca son sinónimo hoy en día de hechuras y juego. Una rigurosa selección ha aportado un exhaustivo conocimiento del fondo de la ganadería y ha arrojado excelentes resultados en plazas de la entidad de Sevilla y Madrid.
- “Aunque el trabajo de un ganadero se ve a largo plazo, mantenemos la misma ilusión de cuando empezamos en 1990”
- “El toro de Martín Lorca es un animal que dura en la muleta porque tiene fondo, compás y una transmisión que suma a la hora del triunfo de un torero”
- “El triunfo de un toro está en la consecución de lo que hemos logrado: reunir clase, bravura y transmisión”
- “Vivimos la mejor época de toreros de la historia. Las figuras son verdaderos ases delante del toro”
- “Con la base de la calidad, nos hemos adaptado al mercado y a las necesidades de las plazas de primera y segunda que es donde se encuentra el éxito y el dinero”
(Foto: Arjona)
