No lleva ni siete meses como novillero con caballos y ya puede presumir de números. No por cantidad de festejos sumados, ocho en total, sino por trofeos ganados. Sin embargo, imperan las sensaciones, los momentos vividos fruto del esfuerzo diario desde que decidió ser torero. Habla de dificultades superadas y de concepto puro. De cruzar la línea del miedo y de la verdad con el objetivo de emocionar al respetable. La sentencia de Diego Carretero.
- “Me quedo quieto porque quiero hacer las cosas de verdad y emocionar y para lograr eso uno debe cruzar la línea”
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