A sus 49 años, Finito de Córdoba es un asiduo del deporte y de pasar tiempo al aire libre. Es un gran aficionado al tenis, la caza e incluso al teatro, pero tiene claro que aunque su profesión frustrada sea el fútbol, su gran pasión es el toro: “Mi madre me trajo al mundo para ser torero”. Le gusta pasar tiempo con su familia, a la que, junto a sus amigos, considera lo más importante en su vida.