En las tres corridas de la feria de Istres saltaron hasta veinte toros. Diez de hierros de líneas Domecq: siete de las dos ganaderías de José Miguel Arroyo Joselito, El Tajo y La Reina; uno de Luc y Marc Jalabert -procedencia Daniel Ruiz-, otro de Antonio Palla -procedencia Jandilla- y otro de Torrestrella. Siete de Victorino Martín, de variadas líneas dentro de su estirpe Saltillo-Albaserrada. Y, en fin, un lisardo de Puerto de San Lorenzo, uno de Miura y otro de La Quinta. La corrida de seis encastes del sábado 15 de junio le dio a la feria una nota distintiva.
De modo que el mano a mano Morante-Castella de la apertura o la corrida de Victorino de la clausura -con Castella en la boca del lobo- no eran alicientes únicos ni siquiera por separado. Una feria original, bien montada. Tres llenos. El Palio, plaza moderna pero torera, alberga algo menos de 3.000 asientos de pago.
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Una fiesta en Istres
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