Ayer domingo, 14 de abril, en México, Pablo, el jinete global, el más grande, el que bebió de todas las fuentes claras del rejoneo hasta convertirlo en toreo sin apellidos, o sea: en toreo, a caballo: sí, pero con los predicamentos y valores del toreo de a pie; ayer, catorce de abril de 2013 en México debía alcanzar la brutal cifra de dos mil tardes toreadas. Calidad y cantidad unidas en un poco frecuente matrimonio entre el talento y la matemática.
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