Como en los grandes amores, o las grandes pasiones, pasé con ella por todos los estadios emocionales posibles. Primero sentí curiosidad. Luego sorpresa. Más tarde quise conocerla...
Como en los grandes amores, o las grandes pasiones, pasé con ella por todos los estadios emocionales posibles. Primero sentí curiosidad. Luego sorpresa. Más tarde quise conocerla. A partir de ahí me enganchó su seriedad, su reflexión, su deseo de entender y profundizar en los secretos más atractivos. Me gustó su idea y su forma de masticarla y disfrutarla. Y con la cercanía y el conocimiento me ganó totalmente sin ser perfecta pero tenía y tiene educación, conocimiento, sobriedad, gusto por las cosas bien hechas y el empeño de recuperar las virtudes eternas.
Me refiero naturalmente a ella, a la que acabo de disfrutar en un viaje a Nimes. Me refiero a la tauromaquia en Francia. Me gusta; y encima nos resulta benéfica en todo. En sus esquemas tan racionales, tan maduros, tan justos, tanto para el que va por derecho como para el que intenta venderles una moto. Francia es nuestro paraguas en Europa, es nuestro modelo a la hora de blindar la Fiesta; y nuestra conciencia perdida de los valores eternos de la tauromaquia y la lidia. Ya sé que también tiene sus baches. Pero en general nos aventaja en ventajas. Y no es un trabalenguas.
Han cuidado mucho, incluso antes que nosotros, el cambio a un caballo de picar más ligero y más domado y disfrutan con el tercio de varas. No necesitan policía: no hace falta. El que triunfa vuelve; y el que engaña, o no responde, no vuelve. Es muy fácil. Pero claro en Francia el que decide es el que pasa por taquilla. Sueñan con la variedad de encastes. Buscan lo que queda por España. Y lo valoran y lo lidian. Respetan a las figuras; pero buscan siempre nuevos valores o potenciar buenos toreros de segunda fila. Viven la Fiesta, la aman, la entienden. Claro que leen y mucho pero que yo sepa: leer y documentarse nunca ha hecho daño. Todo lo contrario. Hace tiempo que me enamoré de ella. De la tauromaquia en Francia pero ahora he podido enseñar, con todo el equipo del Plus, una parte llamada Nimes. Algún día habrá que hacer un recorrido imponente que les fascinaría: Bayona, Dax, Mont de Marsan, Vic, Ceret, Beziers, Arles, Nimes y muchas otras joyas de una tauromaquia que une entrañablemente a dos países. Nos separarán muchas cosas pero la Fiesta nos une gracias a Dios...
