El monumental vacío de Morante se encargó de llenarlo con una faena monumental Urdiales. A buen seguro que a estas horas, los que vinieron a ver al torero de la Puebla dan por bien empleado el viaje. Ver torear así es casi un milagro. Y una absoluta gozada. Soñó, deletreó y bordó el toreo. Vea aquí la galería fotográfica del festejo.