Víctor Hernández cortó una oreja y se la jugó sin fisuras frente al complicado e incierto tercero en la segunda de San Isidro. Así se mostraba ante los micrófonos de Telemadrid entrebarreras: "Cuando uno está tieso no le queda de otra que entregarse así. Me quedo con que me queda otro toro. Me voy a entregar y que sea lo que dios quiera. Delante del toro pensaba en las cosas que el toro agradecía y en la forma en meterle mano por la izquierda, que ha sido la clave de la faena".