La plaza de Santiago de Villena, donde se encuentra ubicada la Casa Consistorial, ha sido el punto de encuentro de numerosos aficionados que se disponían a defender sus derechos de libertad para asistir a un espectáculo enraizado en la cultura del pueblo villenense, como es la fiesta de los toros.
Aficionados villenenses y de otras localidades limítrofes, así como una representación desplazada desde Alicante, con el director de la escuela y profesores, Antonio Martínez "Rondeño" y Arturo Blau Espadas, el matador de toros Francisco José Palazón, el empresario y apoderado, Manolo Carrillo, representantes de todas las entidades taurinas de Villena con sus presidentes al frente, todos apoyando al joven novillero villenense Raúl Bravo, se concentraron en Villena para decir a los políticos que dirigen el ayuntamiento, que están puestos por el pueblo y que tienen la obligación y el deber de gobernar para todos, sin distinciones de clase y gustos. No existen ciudadanos de primera o segunda, solo ciudadanos, todos por igual con los mismos derechos y las mismas obligaciones. Si no se hace así, mal asunto.
El efecto de la suspensión del festejo taurino ya ha tenido su repercusión negativa para la economía de la ciudad. Varios hosteleros aficionados, que acudieron a la concentración, manifestaban que tenían reservas para comer y cenar el día de la corrida que han sido anuladas.
