Eduardo Dávila Miura en Pamplona, Cristina Sánchez en Cuenca y José Ortega Cano en Benidorm. Tres reapariciones tan puntuales como triunfales. Los tres volvieron en este 2016 por una tarde y dejaron huella, agrandaron su leyenda y su carrera. La capacidad, el poso, la madurez del sevillano que dictó cátedra; la fuerza mental y artística de la madrileña, que quiso ser lo que siempre fue: un ejemplo; y la afición desmedida de un paradigma de superación y clasicismo como el cartagenero. Junto a ellos, Luis Francisco Esplá rindió a sus pies al Coliseo de Arles y Vicente Ruiz “El Soro” ha seguido obrando su milagro personal.
- Cristina Sánchez: “Viví cosas preciosas. Fue todo muy especial, disfruté de cada momento, de cada instante del día, aunque pasó demasiado rápido”
- Ortega Cano: “Debes estar fuerte y saber que vestirte de luces implica una responsabilidad muy grande contigo y con todos los que te rodean”
- Dávila Miura: “Lo de Pamplona lo llevaba barruntando hace tiempo y tiré hacia adelante este año y estoy orgulloso de haberlo hecho”
- La torería de Esplá
- El Soro sigue en combate
- Morenito de Maracay, doce años después
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Volvieron por un día y dejaron huella
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