Vísperas de Feria en Sevilla. Tiempos de rarezas. Dejémoslo en rarezas. Qué si no se puede pensar de que lo más florido del escalafón ande haciendo bolos por las plazas mejicanas, con todos los respetos a las plazas mejicanas o de tournée por vaya usted a saber dónde cuando están a punto como quien dice de prender el alumbrado del ferial. Siendo generosos en el calificativo la situación es rara, rara, rara. Ya pueden vestir la mona como quieran. Y si no es rara es peor. Cada día que pasa se entiende menos la espantada sevillana, cada día favorece menos a nadie, ni a la mayoría de los exiliados que ya reniegan en la intimidad de sus decisiones, fíjense que no he dicho a todos, ni al empresario por mucho que en la apertura del abono le hayan salido las cuentas como no le salieron el año pasado. Asegura quien sabe de la cuestión que entre lo que perdió el año pasado a plaza llena y lo que ganó este sin acabar de llenarse la plaza, la diferencia son más de doscientos mil del ala a su favor que no es poco ganar. Pues bueno, ni así le debe valer la pena, así es pan para hoy y hambre para mañana, tal cual.
