La Pincelada del Director

¡Y los medios hablaron de toros!

José Luis Benlloch
jueves 13 de agosto de 2020
Los medios de entretenimiento practican un gincana diario en busca de audiencia caiga quien caiga, sin miedo al ridículo ni a la vergüenza ajena. Por un espectador, por un clic, por un punto en las encuestas matan a riesgo de infantilizar o idiotizar a la sociedad…

¡Y la prensa habló de toros!… ¡albricias! O no tanto, porque en realidad más que de toros habló de toreros. O de sus circunstancias personales. Me refiero a la prensa generalista en general, si me permiten el enredo fonético para hacer distinciones porque a nadie escapa que entre los de ese grupo hay cabeceras (afortunadamente) con conciencia taurina y respeto que hablan de toros y opinan con normalidad, frecuencia y tino como siempre se entendió que era escribir de toros, con unos gustos o con otros pero de toros y toreros. No es la tónica general, la mayoría de ese grupo se acuerdan de los toros solo cuando truena -bodas, divorcios, cornadas, escándalos y amoríos varios- y luego están además los del entretenimiento que también tienen, o se supone, responsabilidades con la calidad informativa y con la sociedad en su conjunto, que con frecuencia se pasan por el forro, son medios que practican un gincana diaria en busca de audiencia caiga quien caiga, sin miedo al ridículo ni a la vergüenza ajena, ya se sabe que por un espectador, por un clic, por un punto en las encuestas matan a riesgo de infantilizar o idiotizar a la sociedad y exponer al ridículo a su propia gente en interminables guardias domiciliarias y persecuciones.

Pues con ser chungo, si me permiten la expresión, lo de idiotizar a la audiencia o llevar al ridículo a los chicos/as de las esperas con preguntas obvias, más triste es que muchos protagonistas del toro se pirren por esos medios a los que buscan febrilmente, ellos y sus gabinetes de prensa, ignorando a los medios especializados e incluso al grupo de aquellos generalistas que tratan el toreo desde la óptica del toreo. Para más inri esa devoción no suele tener un final feliz y los que consiguen entrar en ese círculo de amarillismo acaban quejándose de las incomodidades que les generan. Pero aun sabiéndolo hay lista de espera.

Posdata.- Más allá de esa ensoñación por el cuché, luego, cuando llega el invierno artístico a la espera de que las figuras se casen, se divorcien, sufran una cornada y/o tengan un desliz…, quien se ocupa de los chicos, de los festejos menores o de las tardes de feria en las que no truena el corazón son los medios de siempre. Tenía que decirlo. Eso sin olvidar que los primeros que se quejan si en El Puerto, pongo por caso, ha habido mucho público o menos público son esos mismos medios por los que se pirran las figuras.

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