Se ha ido -o, mejor, ha dejado de torear vestido de luces- un torero muy importante, ejemplar, uno de los que con más orgullo y autoridad puede decir, ¡yo soy Torero!
Como todos saben, El Fundi ha decidido dar por finalizada su carrera profesional aunque, naturalmente, mientras viva seguirá siendo torero y seguro que seguirá toreando en el campo y en festivales. Ahora que ya le han dedicado multitud de homenajes y reconocimientos, deseo manifestar brevemente mi opinión sobre tan insigne torero.
Le vi sin caballos, le he visto muchísimas veces como matador de toros y debo decir que es uno de los toreros que más he admirado y respetado. Siempre que fui a verle lo hice con especial ilusión e interés, por su forma de entender el toreo y de estar en la plaza. Honrado a carta cabal, sintiendo su profesión, a la que se entregó sin fisuras. Viéndole con atención siempre se aprendía algo de lo que debe ser la lidia de toro y de cómo un torero debe estar en la plaza, por eso muchas veces comentaba con amigos, tal vez por deformación profesional, que los toreros jóvenes deberían “tomar apuntes de El Fundi”.
Figura, lo que generalmente se entiende por figura, no fue, pero para mí ha sido algo de más valor aún, ha sido un torero importante, muy importante, capaz de estar bien con el toro muy malo, con el malo, con el regular y con el bueno. Un torero que siempre llevó su profesión con enorme dignidad, prueba de ello es el gran respeto que todos, profesionales y afición, le tienen.
En definitiva se ha ido -o, mejor, ha dejado de torear vestido de luces- un torero muy importante, ejemplar, uno de los que con más orgullo y autoridad puede decir, ¡yo soy Torero!
