Los carteles de las Fallas están repletos de atractivo para aficionados y espectadores. Por cualquier lado que se miren se ve una intención de cubrir con suficiencia todos los aspectos de la Fiesta…
Los carteles de las Fallas están repletos de atractivo para aficionados y espectadores. Por cualquier lado que se miren se ve una intención de cubrir con suficiencia todos los aspectos de la Fiesta “malgre tout”. Novilladas con los novilleros que interesan en estos momentos, todas las figuras, menos alguno que ha sacado la pata, y los mozos en edad de merecer que vienen empujando. Y sobre todo, variedad de encastes, eso que tanto piden los que cuando los anuncian no sacan una entrada ni por medicina. Pero bueno, como cascan tanto aunque no vayan, ahí tienen el tapabocas, como le llamaba mi abuela María a la bufanda.
Hay carteles de auténtico lujo como los de los días 15 y 19. Para no perdérselos. Luego pasará lo que Dios quiera, pero ahí están todos, figuras y no figuras, los que no han sacado los pies del tiesto y se han ajustado a la realidad. Y los que no han cabido, para la Virgen de Mayo. Pensar que los carteles de las Fallas de 2014 iban a ser diferentes es no conocer a Simón Casas. Y el galo-español además de un buen productor es más listo que un conejo. Y en vez de tirar cohetes en tiempos de sequía, como hacen otros que van de listos y poderosos, Simón Casas, cuando oye el primer trueno, saca a la calle todos los recipientes que tiene en casa para recoger el agua por si llueve.
