GALERÍA FOTOGRÁFICA DE JAVIER ARROYO
Fotos: JAVIER ARROYO
El primero llevó el hierro de La Dehesilla, bien hecho, noble y manejable aunque con la fuerza justa. Labor torera de Curro Díaz, que dibujó buenos lances a la verónica. La falta de empuje del animal impidió que tomara altura la faena, que estuvo presidida por la despaciosidad. Hubo muletazos sueltos soberbios. Mató de estocada tras pinchazo. Su segundo fue un toro deslucido, sin clase y agarrado al piso. Embistió con la cara alta y ante él, Curro Díaz solventó la cuestión con seguridad y oficio. Anduvo fácil frente a las dificultades.
Eduardo Gallo cuajó una faena templada frente a un segundo toro noble aunque carente de raza. El salmantino buscó ligarle las tandas en corto para impedir que fuese a su tendencia natural que eran las tablas. Lo mejor surgió sobre la mano derecha. Mató de una estocada desprendida y dio una vuelta al ruedo. El salmantino se mostró muy por encima de la deslucida y descastada condición del quinto de la tarde, manso y renuente a embestir. A base de dedicación, Gallo buscó meterse entre los pitones en una labor segura pero sin opciones de brillo.
El tercero, con el hierro de José Luis Pereda, fue un animal carente de ritmo y clase y ante él, Arturo Saldívar instrumentó una faena con más empeño y disposición que consistencia. Mató de buena estocada y saludó una ovación. Cerró plaza un toro deslucido, cambiante en su embestida, sin clase y con la cara alta. Más centrado Saldívar, instrumentó la faena en los medios. Anduvo solvente el mexicano pero el lucimiento fue imposible por las condiciones del toro.
Valdemorillo, sábado 7 de febrero de 2015. Toros de José Luis Pereda (3º, 4 y 6º) y La Dehesilla (1º, 2º y 5º), terciados, de pobre juego, deslucidos y bajos de raza. Curro Díaz, ovación con saludos y palmas; Eduardo Gallo, vuelta al ruedo y silencio; Arturo Saldívar, ovación con saludos y silencio. Entrada: Dos tercios.
