ENCUENTROS DE BENLLOCH CON... SIMÓN CASAS

“Ahora que soy el empresario que más plazas de primera gestiona, miro a Madrid”

4ª Y ÚLTIMA PARTE
José Luis Benlloch
lunes 14 de diciembre de 2015

“La verdadera defensa de la Tau­ro­ma­quia como arte y cultura pasa por Ma­drid. La empresa de Madrid tiene la misión, la obligación y debe tener la capacidad no solamente de anunciar carteles sino de ser la auténtica presidencia del gobierno”

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Simón se levanta a petición de Javier y posa para la foto. Tras él una claraboya rectangular en la parte abuhardillada del despacho, enmarca una vista urbana privilegiada. Son los tejados y remates de un manojo de edificios referenciales de Madrid: la Casa de Correos, luego Dirección General, más tarde sede de la Comunidad, el Hotel Paris ahora convertido en la mayor tienda de Apple, así lo aclaran los folletos divulgativos en esa inclinación casi enfermiza de los españoles a utilizar los ordinales para resaltar nuestras referencias, ¡el primer equipo del mundo! ¡el segundo museo de Europa! ¡los mejores calamares de España!… y presidiéndolo todo, el anuncio de Tío Pepe en su nueva ubicación, divorciado de Apple que no lo quiso sobre su techo, símbolo de una época que no se acaba de olvidar, enfrentado, cara a cara con la ex Dirección General, reivindicado, restaurado, contestado también, ¡ese no es el sitio que le corresponde!, dicen sus partidarios. Son vivencias que me recuerdan a la realidad taurómaca tan combatida entre tanto pro y tantos anti, y que pese a todo acaba permaneciendo, gustando, apasionando, en esta época y en la anterior, porque se lleva en el sentimiento y porque tiene valores necesarios. Y debajo de aquella ventana mágica, está la plaza de Pontejos, otro hervidero humano, galdosiana y vital, sucursal de su hermana Sol y no hace tanto lonja de la reventa y la noche. Simón se ajusta sus gafas de pasta, se aparta su flequillo de Montmartre y cuenta.

-En esos bancos dormí muchas noches. Cuando me ofrecieron comprar este piso me acordé de aquellas vivencias y no lo dudé, ni regateé vamos. Tenía que ser aquí.

-¿Madrid estación término para SC?

-Madrid es la presidencia del gobierno si hablamos en términos taurinos.

-¿Estación término?, insisto.

-Término no. En todo caso estación primera de una nueva vida. La estación desde donde defender la Tauromaquia. Ten en cuenta que la verdadera defensa de la Tau­ro­ma­quia como arte y cultura pasa por Ma­drid. La empresa de Madrid tiene la misión, la obligación y debe tener la capacidad no solamente de anunciar carteles sino de ser la auténtica presidencia del gobierno.

-Es tu objetivo, se nota.

-Desde siempre.

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Fotos: Javier Arroyo

-Igual ese plan te ha distraído de otras plazas.

-No me he presentado a casi ningún concurso últimamente.

-¡Cómo que no!

-Ni a Burgos ni a Palencia ni a El Puerto…

-¿Has gestionado otras plazas pensando en Madrid?

-He gestionado todas mis plazas desde que soy empresario pensando en el futuro más ideal de una ca­rrera profesional. Eso es legítimo. Y en ese punto está Madrid. Yo me que­dé con Alicante y el primer cartel fue Ponce y José Tomás. Na­tu­ral­mente lo hice pensando en Alicante pero ya pensaba en Valencia que estaba cerca. Luego me quedé con Valencia y ¿qué pensé?… pensé en Madrid. Y ahora que soy el empresario que más plazas de primera gestiona a un alto nivel de producción porque los hechos son los hechos y los ha ratificado la prensa y la afición, miro a Madrid.

""-¿Alto nivel de producción qué significa?

-Zaragoza, Feria del Pilar, gran éxito; Valencia el año pasado, Fallas, feria histórica, este año otra buena temporada; Nimes ni te hablo… Sabiendo que la Tauro­ma­quia no es una ciencia exacta y que yo busco el perfeccionismo, tengo un índice de éxito diría del 85 por ciento, que no es poco. Y naturalmente hago todo eso como márketing personal pensando en mi futuro.

-Se está resistiendo, a Madrid me refiero.

-Te voy a contestar muy claro. Yo no he sido empresario de Madrid en los últimos concursos por motivos y hábitos contra los que la so­cie­dad española felizmente ha reaccionado y logrado arrinconar. Lo sa­béis todos aunque nadie lo ha di­cho. Yo he ganando dos de los úl­­timos concursos de Madrid y no me la concedieron por motivos ajenos a los criterios de concesión. Eso fue así. Ahora han cambiado los responsables y la praxis política, la sociedad los ha hecho cambiar y eso supondrá una libre competencia. En ese nuevo panorama espero tener la capacidad para ser un ofertante reconocido.

-En el último concurso, aunque asociado, sí llegaste a esa Moncloa taurina y dimitiste o rompiste la alianza, que nunca lo supe a ciencia cierta.

-No la rompí. José Antonio, su hijo Manuel y Toño Matilla me plantearon que yo ganaba mucho dinero como consecuencia del acuerdo contractual que teníamos y que, debido a los resultados de la plaza de Madrid, les pesaba. Ante eso admití renunciar a la prórroga del contrato. Hice los tres años del contrato y renuncié. Todo ello en plena concordia. Entendí sus argumentos. Yo tengo una personalidad empresarial muy definida, muy mía, y también una doctrina de respeto a José Antonio que practico. No quería molestarle y eso me obligaba a casi no hacer nada. Teniendo en cuenta todos esos criterios, cuando me ofrecieron salirme acepté.

-La otra gran alianza frustrada fue con la FIT. Aquel fue un gran proyecto que yo me creí, muchos lo creímos y que no fue tal como explicasteis.

-Yo también me lo creí porque el señor Bailleres me lo explicó y porque Antonio Barrera me lo explicó. Luego me di cuenta de que el planteamiento inicial de inyectar mucho dinero para el bien de la Fiesta no iba a producirse. Ante eso renuncié antes de firmar. Sucedió sin conflicto, desde la amistad que perdura. En realidad seguimos siendo socios en Zaragoza donde ellos tienen el treinta y seis por ciento.

-Fue un poco chocante.

""-Los proyectos unas veces se realizan y otras no. No hubo más conflicto.

-¿Eso fue todo?

-En mi salida contó mucho el factor libertad a la que no quise renunciar. Yo hubiese aceptado ser empleado de una empresa que pusiera todos los medios para la grandeza de la Fiesta, estaba dispuesto a ello, pero perder la libertad sin tener la convicción de que iba a ser así, no. Ante esa situación preferí guardar mi libertad. Por tanto no hubo ruptura porque no hubo firma.

-En el arco Mediterráneo fuiste todo o mucho: Nimes, Vinaròs, Castellón, Beziers, Palavás, Valencia, Alicante… fuera de él te ha costado más.

-Tampoco tuve mucha oportunidad. Lo de Sanlúcar y El Puerto fue hace treinta y cinco años y yo no era el Simón Casas que soy ahora. Y es cierto que recientemente me quise presentar a El Puerto pero te tengo que recordar que cuando vi el pliego dije en la prensa que era insostenible. El teniente de alcalde de entonces puso el grito en el cielo, diciendo que yo quería un pliego adaptado a mis intereses. No era verdad. Men­tía. Yo quiero unos pliegos coherentes y sostenibles y ese no lo era. La prue­ba de que tenía razón es la si­tua­ción actual que ha devenido con ese pliego.

""

-¿Añoras mayor reconocimiento en Francia?

-No.

-Desde fuera da la sensación de que está muy divida, radicalizada, entre los leales a Simón y los que luchan a Simón.

-Acepto la situación. Eso pasa como con los profetas. Toda mi vida he peleado por cuestiones de interés general, te lo aseguro. Ahora mis­mo estoy luchando por el IVA cul­tural, estoy en pleito con la Administración francesa ayudado por Luc Jalabert y Robert Margé. Los de­­más no, seguramente porque ellos ejercen una competencia desleal.

""-¿Ellos?

-Dax, Bayona, Mont de Mar­san… pagan cero por ciento de IVA por ser gestión directa. Eso es ilegal pero es una realidad. Mi lucha no va contra nadie, yo quiero ser amigo de todo el mundo, pero si luchas a partir de convicciones que no son las de todo el mundo ocurre esa respuesta. Pasa en todos los movimientos políticos y sociales. Pero yo no soy enemigo de nadie y no creo que tenga enemigos personales. Yo tengo una autopista desde hace décadas y actúo con entrega, coherencia, constancia e inversiones para llegar hasta el final de la autopista, es lo único que hago. Luego si resulta que hay gente que no me quiere, pues que no me quiera.

-¿Te afecta?

-Ya no. He cambiado mucho. No me asusto de nada. Soy un hombre con convicción. Entrevistas como esta no hago ya porque luego dan pie a que digan y sé que no tengo necesidad de explicarme tanto, pero si acepto la petición lo hago con entrega y sinceridad. Te dije que la sabiduría es empezar a hablar para llegar a la estación del silencio.

-¿Se puede ser sincero con un periodista?

-Lo estoy siendo.

-Me has dicho en algún momento que queda mucho viaje por hacer.

-Queda mucho, sí. Queda el gusto de descubrir nuevos horizontes, de viajar, de leer, el cariño de mis hijas… si pongo todo eso en un lado de la balanza además del romanticismo existencial que vivo y en el otro pongo el mundo chico de la Tauromaquia que es un gran arte en un pequeño mundo, me quedo con el romanticismo existencial y no necesito de más conflictos ni de más polémicas ni de más pruebas ni más pliegos de condiciones. Yo busco la serenidad para lo que me queda de vida.

-¿Eso es el anuncio de una deserción, la bandera blanca?

-No. Para encontrar esa serenidad me queda un paso o dos más y los voy a dar. No voy a abandonar la carroza de mi vocación cuando estoy llegando al final. Lo que sí te digo es que en cualquier caso voy a ganar. O ganaré al cien por cien lo que soñé toda mi vida o ganaré el sueño de la serenidad y la tranquilidad.

Se levanta la sesión. Hemos vuelto a la Puerta del Sol. Un cafelito, una terraza para fumadores que desafían al frío y las recomendaciones de la OMS. Delante de nosotros un paisaje cargado de acción. Un universo total. Diría que pura biodiversidad urbana, gentes de todas las razas y orígenes que se rozan y se ignoran a la vez, que se fotografían sin cesar, ¡un selfie! y ahora otro y otro. Será vanidad o quizás busquen su vector existencial como Simón en Nimes. Son cientos, miles de personas que caminan y caminan al compás de un abrir y cerrar de semáforos delante de nosotros a la vez que hablan con no se sabe quién sin necesidad de estar acompañadas por mor de esos milagros de la ciencia que nos han traído la incomunicación. Así de contradictoria se ha puesto la vida… Todo sucede a la vez, a ritmo chaplinesco y en paz. Es, pienso, la mejor alianza de civilizaciones mientras no venga alguien y lo desbarate. Toco madera. Simón, un galo en la corte, se ajusta las gafas de concha y cavila… ¿Qué?… Imposible de imaginar.

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