La Página de Manolo Molés

La brocha, la boda y la vida

Manolo Molés
viernes 30 de diciembre de 2016

Hay enfermerías en plazas de tercera que son aspirantes a Pozoblanco y hay lugares donde no están todos los medios. Pero lo fundamental son las manos, las manos de los cirujanos sabios. Las manos que sanan. Y ellos están diciendo que…

Da vergüenza, asco y tristeza la violencia, la intransigencia, las malas artes de los que se llaman defensores de los animales y al tiempo son capaces de amenazar de muerte y llamar asesino a pacíficos ciudadanos que gustan de la fiesta de los toros como Lorca, como Alberti, como Picasso, como miles de personas de todo tipo, condición y conocimiento. ¿Por qué la Fundación, y en esto yo sí creo en ella, querido Carlos Núñez, no interviene como ha hecho eficazmente en lo de Adrián y otros apaleamientos verbales o rotulados? Espero que lo haga porque esto es ya la ley de la selva. Ya por narices tiene que ser lo que digan unas gentes tapadas, escondidas, pagadas y miserables que hace de Santa Inquisición animal sin que nadie les haya autorizado, ni encargado ese terrible papel. Ya vale. Ahora dicen que Vitoria es ciudad antitaurina y vegana. Con la de buenos aficionados y buenos comensales que hay en esa bendita tierra. Pues tiene que ser lo que digan cuatro porque no pueden aguantar su vena dictatorial. Como no pongan freno y orden a todo esto, algún día habrá una desgracia.

LOS TOROS SON LEGALES, NO AGUANTEMOS VEJACIONES
Aquí sólo se es un asesino o un ladrón, un ciudadano reprobable, cuando se infringe la ley, cuando se roba, se viola la libertad y el respeto del prójimo, cuando se mata, cuando tú, que ni siquiera se sabe qué clase de personaje eres, invades los derechos de otro. Y los toros son un espectáculo legal, considerado además como Patrimonio Cultural y mil cosas que yo sé que a ti, que pintas paredes de sangre, te importan un bledo y te saben a chino. A mí me gustan los toros, a los del club al que habéis enmarranado con acusaciones intolerables también. Y a mí y a ellos posiblemente no nos gustan muchas de las cosas que te gustan a ti, antitaurino pintor de amenazas, y no vamos a tu puerta a señalarte públicamente porque tenemos más educación y mejor gusto, y más libertad, y más respeto que tú. Claro que si eso lo consideras un oficio y te va bien pues…
Pero el de la brocha no es el más culpable. Más que él, es el político del PNV que gobierna en Vitoria gracias a Bildu y para no perder la silla tiene que darle este gustito. Qué falso todo. El PNV cuida la Fiesta en Bilbao, la devuelve en San Sebastián cuando le gana a Bildu, y en Vitoria, como hay matrimonio, pues eso, cama redonda.

Pero hay terceros culpables por el “delito” de abstención. Los taurinos grandes, los empresarios fuertes que llevan además figuras para hacer de sobra los tres carteles en que se ha quedado Vitoria y La Blanca. Con la gorra lo podían haber hecho y a lo mejor hasta ni perdían. Pero la indolencia, salvo la reacción de Chopera y Bailleres a última hora, el encogerse de hombros, el que venga detrás que arree, ha permitido que La Blanca se torne negra. Y no sé, y pido asesoramiento al lector, si de la muerte taurina de Vitoria tiene más culpa el político de turno del PNV, el pinta puertas anónimo que en dos brochazos decide que eres un asesino o la realeza taurina que se llamó a andana y miró para otro lado silbando el puente sobre el Río Kwai. Como también sé que la feria estaba ya hace tiempo en la UVI de los despropósitos.

LOS CIRUJANOS TAURINOS Y SU VOZ DE ALARMA
Los cirujanos taurinos, el mejor seguro que tiene la Fiesta y, por supuesto, los que se la juegan en el ruedo, han alertado de que empieza a haber grandes peligros en las enfermerías por falta de demasiadas cosas. Por falta de material necesario, por falta de gente docta y con conocimientos y capacidad de operar con garantías; y porque, ojo, no hay relevo. En cuanto se jubilen los grandes, y nunca bien pagados y ponderados, cirujanos puede venir a continuación lo que no deseamos. Porque no hay cátedra taurina. Porque operar a un torero sólo lo sabe hacer una eminencia y además con afición y saber que una cornada es una herida diferente a todas.

Esto es por el bien de los que se visten de luces y se juegan la vida. Por ti que eres figura por méritos propios, por ti que peleas para estar en las ferias, por ti que ya sabes el sabor de las cornadas, por ti que estás empezando, por ti que vistes de oro, plata o azabache, por ti que sabes que ahora te salvan la vida y el futuro. Tomadlo en serio. Hay enfermerías en plazas de tercera que son aspirantes a Pozoblanco y hay lugares donde no están todos los medios. Pero lo fundamental son las manos, las manos de los cirujanos sabios. Las manos que sanan. Y ellos están diciendo que hay que ponerse en marcha, que el futuro no pinta todo lo bien que se merece aquel que se juega la vida en el ruedo; y que, casi siempre, gracias a todo, la salva en el quirófano. Perdemos plazas y es doloroso. Pero con la vida, la vuestra, pocas bromas. Y menos pereza. Es fundamental y los cirujanos han hecho sonar el primer aviso… Hagamos caso porque hay soluciones.

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