La plaza de toros de Palma de Mallorca está a punto de reabrirse al espectáculo taurino para la que fue construida. La política sectaria y gurrumina de nuestros mandamases de aluvión, sin cultura política ni sentido de país, la ha mantenido cerrada durante un tiempo. Incluso ya están anunciados los carteles del retorno a la normalidad. El coso mallorquín fue un indiscutible polo de atracción turística en el que se acartelaban todas las figuras de los tiempos del abuelo Balañá, desde Manolete, Pepe Luis y Manolo González a Antonio Ordóñez, El Cordobés, Curro Romero, Litri, Aparicio, Pedrés, Bernadó, Chamaco y todos los toreros que en los diferentes momentos conformaban los carteles de las ferias importantes de España, Portugal, Francia y América.
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