Serafín Marín llenó el pasado jueves la planta de pediatría del Hospital Universitari Joan XXIII de Tarragona de alegría. El torero catalán llegó cargado de regalos y se convirtió por unas horas en Gaspar, dibujando una sonrisa en las caras de los niños y niñas ingresados.
Este año se cumple una década desde que otro torero, el tarraconense Rubén Marín, inició esta iniciativa para alegrar la Navidad a los niños de su tierra y que a día de hoy sigue organizando.