POR GONZALO I. BIENVENIDA

“Se va un gran taurino que fue matador, subalterno, empresario y apoderado”

Gonzalo I. Bienvenida
sábado 10 de abril de 2021

Amanece este viernes 9 de abril con el mazazo de la noticia de la muerte de Pepe Teruel a los 80 años. Una agresiva enfermedad ha fulminado su vitalidad, su nervio, su raza. Jamás su torería. Natural del barrio de Embajadores de Madrid, soñó con ser torero mientras trabajaba en el tiovivo que tenía su padre en Argüelles. Allí se fraguó la amistad con los Dominguín y la admiración a todas las figuras de los años 50. En los carteles era ‘El Pepe’. Así, a secas, porque Pepes habría más, pero tan de Madrid y tan chulos –en el buen sentido–, seguro que no.

Una agresiva enfermedad ha fulminado su vitalidad, su nervio, su raza. Jamás su torería

José Luis Teruel Peñalver tomó la alternativa en Vistalegre en 1966, en su Madrid. Las graves cornadas frenaron su carrera mientras la precocidad de su hermano Ángel –diez años más joven– se manifestaba. Tomó la decisión de hacerse banderillero para trasladarle su conocimiento a su hermano y emprender juntos un camino hacia la gloria. No podía esconder la carcajada al hablar de sus viajes a América, de todas las anécdotas inolvidadas, de esos dientes de sierra vividos.

En los carteles era ‘El Pepe’. Así, a secas, porque Pepes habría más, pero tan de Madrid y tan chulos –en el buen sentido–, seguro que no

Además de un gran profesional, fue empresario, especialmente de plazas del norte de España ya que vivía en Corella. También fue apoderado, recuerdo un slogan genial en la publicidad de esta revista hace unos años cuando llevaba al entonces novillero Javier Antón: “Un cuchichí con fundamento”. Él era así. Su forma de hablar entroncaba la más pura esencia castiza con la nostalgia de otros tiempos. Amigo de sus amigos hasta el final, se mataba defendiendo “al de la mano izquierda” –Emilio Muñoz–, “al de la pluma” –Zabala de la Serna– y a Lalo Moreno. Sus tres “troncos” de verdad, además de todo el mundo del toro que le quería porque era imposible no quererle. Comprensivo, sensible, respetuoso y muy gracioso. Torero por los cuatro costados.

Su forma de hablar entroncaba la más pura esencia castiza con la nostalgia de otros tiempos. Amigo de sus amigos, todo el mundo le quería porque era imposible no quererle

Tuvo detalles de mucha calidad humana conmigo, jamás olvidaré sus lecciones –sin aleccionar– y su cariño de corazón. Conoció todo en el toreo pero desde un camino que andan pocos, el de la pureza. Dios le tenga en su Gloria.

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