El primero, de Guerrero y Carpintero, fue un novillo muy corretón. Lo sujetó Álvaro Seseña en el tercio sufriendo una colada por el pitón izquierdo. El novillo se empleó en el caballo hasta derribar, luego le dieron muchos capotazos hasta que levantaron al jaco. Gustaron las tafalleras de García Pulido…