Triunfal festival en Bocairent con un balance total de once orejas, dos vueltas al ruedo a los novillos de Juan Pedro en tarde de emociones. La jornada tuvo su suspense previo. Amenazaba la climatología entre alertas y pronósticos cual toro de las peores intenciones, pero en el día de la Comunidad tenía que haber toros y los hubo. Bocairent, marco entrañable, fue el escenario perfecto. Emotiva fue la puesta en escena, sonó el himno regional, se rindió justo homenaje a Víctor Manuel Blázquez, que se despedía de los ruedos y la plaza registró una buena entrada.
Abrió plaza Ponce que toreó sereno, sin despeinarse, fácil que uno no sale del retiro para sufrir. Ajustó la exigencia y los terrenos y sacó lo mejor del novillo. Víctor Manuel se mostró muy, muy, leal a su trayectoria, vibrante y entregado. Compartió el tercio de banderillas entre ovaciones con José Manuel Montoliu y Bruno Gimeno.
Vicente Barrera, que no tuvo fortuna en el sorteo, puso empeño y amor propio. Se paró pronto el de Juan Pedro, sin clase ni bravura, y se paró el torero que en su caso es cualidad que valorar.
El Califa volvía a pisar un ruedo después de casi dos décadas retirado. Tampoco tuvo suerte con el oponente, que de buenas a primeras se aquerenció en los terrenos de dentro y los sueños de faena grande tuvo que canjearlos por una pelea por mantenerlo en los terrenos.
Román que reaparecía tras su último percance mostró que vive un buen momento ante un novillo bueno pero exigente. Bruno Gimeno estuvo muy en novillero, atacó, sufrió, se lució y sacó a flote el compromiso de medirse con los maestros que no es poco.
Bocairent (Valencia). Festival. Novillos de Juan Pedro Domecq, de desigual juego, al primero y al quinto se les dio la vuelta al ruedo. Enrique Ponce, dos orejas; Víctor Manuel Blázquez, dos orejas; Vicente Barrera, dos orejas; El Califa, oreja; Román, dos orejas; y Bruno Gimeno, dos orejas. Los toreros sacaron en hombros a Blázquez. Entrada: casi lleno. Festejo retransmitido por Á Punt.
