-Pedro era la revolución cimentada en un valor serio, seco y sereno que ponía a los espectadores en pie al segundo muletazo. Su arrolladora personalidad le hizo andar en versos y coplas.
-Permaneció un tiempo apartado de los ruedos por lesión y cuando volvió mostró a la afición el mejor Pedrés, pues había madurado y perfeccionado su singular tauromaquia. Fueron los años en los que le abría cartel a El Cordobés.
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