Categorías: Opinión

Alberto Aguilar

Lo que podía esperar de esta columna es que me pusiera a divagar sobre Talavante, el sistema o Morante. No me apetece mucho, además ya hay análisis sesudos sobre esos asuntos que profundizan con más o menos acierto. Son tan profundas las disquisiciones que no me acabo de enterar muy bien si existe el sistema, si en caso de que exista es el culpable del descanso temporal de Talavante o de si Morante se ha entregado al mismo cuando su aura torera le podría permitir caminar libre de ataduras. Debe ser un problema personal. Me apetece más hablar de un torero que ha dicho adiós a los ruedos casi en la intimidad, con pocas alharacas, sin fiestas ni fuegos artificiales, pero que pienso que ha sido un más que estimable matador de toros.

Hablo de Alberto Aguilar, un torero que se ha marchado en parte porque arrastra una lesión, pero que en realidad lo ha hecho porque no tiene contratos. Solo le he visto unas pocas veces en directo, muchas más por la televisión en San Isidro. En Sevilla hizo el paseíllo en dos ocasiones, una para lidiar una de Dolores Aguirre y otra para enfrentarse a la de Cuadri. En esta temporada de su retirada, anunciada en febrero, solo ha participado en tres corridas, entre ellas, la de Illescas.

Su retirada no ha despertado oleadas de informaciones. En lo que a mí concierne, me gustaría pedirle disculpas porque, matando lo que ha matado, nunca busqué su móvil para hacerle una entrevista. La fotografía del corte de coleta de Aguilar es un canto a su propia trayectoria. Y es una enseñanza sobre lo que de verdad importa. Su esposa le quitó el añadido en presencia de su hija. Al menos había quien hiciese la fotografía.

Aguilar es un hombre prudente, sincero y debe ser buena gente. En sus declaraciones no culpa a nadie de que en el año del adiós solo le hayan contratado para tres tardes. Deja entrever que es un asunto que le ha dado mucho coraje, pero no señala a nadie. Se ha ido con la cabeza alta después de haber lidiado las ganaderías más agresivas del campo bravo. Mi homenaje de admiración es para Alberto Aguilar, al que el sistema, o lo que sea, no le ha dado la oportunidad de marcharse con mejor sabor de boca. Pero como digo que me parece buena gente, además de pedirle disculpas, quiero mandarle el abrazo de quienes seguimos pensando que las personas son lo primero. Suerte, torero.

Acceda a la versión completa del contenido

Alberto Aguilar

Carlos Crivell

Entradas recientes

David de Miranda, volteado con violencia en Madrid

El torero onubense cayó al suelo y afortunadamente el astifino toro de Araúz de Robles…

11 horas hace

Más de 13.5000 personas en Las Ventas: una gran entrada

Domingo, fuera de feria, la plaza de toros de Las Ventas registró una gran entrada…

12 horas hace

Puerta grande de Luis David en tarde de toros bravos en San Martín de Valdeiglesias

San Martín de Valdeiglesias (Madrid). Toros de Buenavista (4º, 5 º y 6º) y José…

14 horas hace

Magnífico debut de Nacho Torrejón, a hombros con Borja Jiménez en Casarrubios del Monte

Casarrubios del Monte (Toledo), domingo 28 de abril de 2024. Toros y novillos (3º, 6º,…

14 horas hace

Llenazo, triple triunfo y la alegría de la vuelta de los toros a Móstoles

Alejandro Talavante, Cayetano y Gonzalo Caballero cortan siete orejas de una notable corrida de Monte…

16 horas hace

Morante deslumbra y Roca Rey suma en Ciudad Real

El sevillano encandila a una plaza que abrió sus puertas cinco años después y el…

16 horas hace