“Quiero regalar [el toro] con todo el corazón del mundo… Es un día especial… ¿El presidente va a coartar la inercia de entrega que tenemos diez mil personas y una veintena de toreros? ¿Va a minimizar todo eso? Estamos regalando nuestra entrega, estamos brindándole nuestro corazón y que un señor vaya a cortar eso… Creo que no hay derecho, que lástima”. Así se dirigía Antonio Ferrera al delegado gubernativo de la plaza de toros de Las Ventas tras conocer la decisión del presidente de no autorizar la salida del segundo sobrero por “cumplir” el reglamento. El momento era captado por las cámaras de Canal Toros.
Ferrera abandonaba el ruedo acompañado de sus cuadrillas y al llegar al patio de caballos proseguía diciendo al micrófono del periodista David Casas: “No se puede cortar el alma de quince o veinte toreros que hemos puesto nuestra entrega y nuestro corazón. El público ha mostrado un cariño enorme hacia nosotros. Queríamos seguir brindándoles nuestra alma como toreros, que es lo que tenemos y somos en esos momentos cuando nos jugamos la vida”, manifestaba en medio de la emoción contenida, y continuaba: “Es difícil que en este mundo a veces se puedan entender las cosas cuando los reglamentos tienen que ir condicionados a cosas que son del alma y del corazón”.
El torero valoraba su tarde de la siguiente manera: “Me he encontrado muy bien, con un espíritu muy bonito. He intentado solventarla con la mayor capacidad posible, son de esas que se quedan muy para adentro”, aseguraba. “No ha sido triunfal en el sentido de orejas, pero sí en la entrega y en exponer la pasión por lo que uno ama el toreo desde que era un niño. Es un día feliz y grande en mi legado como torero”, argumentaba tras reconocer las complicaciones y dificultades surgidas.
Al ser preguntado por el motivo de la encerrona, se mostraba claro y conciso: “Era la primera vez en la historia que un torero se encerraba con seis toros de Adolfo Martín en Madrid, muchas veces no tiene que haber un porqué, no tiene por qué haber una recompensa, no tiene que haber nada. Todo es una muestra de generosidad, de cariño, de afecto, de amor y de respeto”.
